24 de marzo de 2012

Entremedio / construyendo de a poco una metodología del vacío


El presente texto lo escribí hace tres años atrás, un día de primavera.
Hoy, lo he vuelto a leer y, siento un agradecimiento enorme por todos aquellos que han retornado su voz hacia mi en torno a este crecer: a Erick, al Mastra, a Alejandro, a Marcelo, a Daniela y Pablo, a Gabriel. Gracias por escucharme, gracias por hacerme escuchar su decir.
No sé dónde lo leí, pero repercutió en mi con una cierta y justa medida: “hay que hacer exactamente lo contrario del poder dominante, hacer exactamente lo contrario del capitalismo…”. Resuena en mi cuerpo, buscando palpitante un modo de prolongarse a través de mis manos y mis quehaceres, buscando un lugar donde enraizarse y concretarse a través de un confluir fuerzas justas y precisas que descubro en mi misma y en los demás.
Cómo subvertir. Esa pregunta que surge desde el oficio de ser una persona hacedora de despertares y vínculos, y en segundo lugar, desde el oficio de las artes visuales. Han pasado años y la pregunta aún parece pulular como una mera intensión socialmente sensible.
Me he de-morado años en aprender a hablar, a conversar, a escribir. Aún estoy en eso... Vaciándome de lo íntegramente inútil y dejándome fecundar por aquello que me permita realizar mi ligazón con el mundo, mi cuerda de la memoria, mi recuerdo, este ejercicio constante de fe y conocimiento, un gesto constante de fraternidad.
Observando, caminando por la ciudad, surgen observaciones y preguntas, distancias y tejidos, sentimientos y crisis. Busco un modo de abrir la realidad que se ofrece, de escindir esta malla especular resplandeciente, para ubicar una pequeña semilla en su lugar, un óvulo no inocente ni ingenuo de lo que dentro de si esconde, un óvulo que con el cuidado oportuno, con el alimento necesario, pueda llegar a ser un árbol abrazador, una instancia de sinapsis colectiva que irradie posibilidad, una esperanza amorosa para los que vienen.
Entonces, el subvertir subyace en gestos simples en una primera instancia y en estrategias tácticas colectivas, por ejemplo:
1. Preguntarnos por cómo debiera ejercerse la gubernamentalidad en un país, cuánto admiramos de algún modo u otro las políticas dominantes en vez de activar en nosotros y en nuestras comunidades políticas horizontales, es decir, estar atentos a cómo personalmente aceptamos la idea de tener que competir para poder realizar. Competir, en el sentido de ganarle a otro, de hacernos notar y dominar a los demás. Lo contrario de competir es compartir. ¿Puede existir una política del compartir?
2. Actuar individual y colectivamente bajo una lógica residencial-local, y no bajo la lógica del turista, que es como intervienen los gobiernos de turno. Una lógica residencial vendría a ser inclusiva, donde no operen ni el castigo, ni el miedo, en donde se señalen constantemente las nuevas formas de explotación, donde se prefiera la diversidad y trato personal del comercio minorista en vez de las supertiendas, donde se señale la desigualdad y el trato oculto entre el gobierno y los privados.
3. Sacar el prejuicio conceptual de que “vivir en igualdad” es que seamos iguales. Sacar el prejuicio conceptual de que “lo homogeneizado” es lo mejor e incluso lo benevolente. Darnos cuenta del que el pragmatismo gubernamental es una careta, un parche con un interés lucrativo y no una solución social profunda. Que las decisiones económicas de cualquier índole, no son casuales, sino que con intensión, con fundamentos y objetivos claros, incluso en su más estúpido “error” (horror). Sacar el prejuicio sobre lo político: hacer política no es armar partidos, que politizar no es ser partidista, sino que es pensar sobre lo público, es reflexionar sobre una realidad que nos compete a todos y que en ese pensar se alza una voz común que tiene deberes y derechos.
4. Darnos cuenta y permitirnos la posibilidad de crear otro sistema económico distinto al dominante. No creer en los discursos derrotistas que afirman que no puede haber distintas formas de pensamiento, praxis y poiesis a las ya existentes.
5. Preguntarnos qué somos. Quién soy, qué puedo hacer. Qué podemos hacer. Preguntarnos por nuestro habitar, reunirnos a conversar, a beber y comer juntos, transmitirnos saberes con la oralidad y el compartir y no con el chateo o el posteo impersonal solamente.
6. Reunirse periódicamente con los vecinos en una sede, en una escalera, es una esquina o en la plaza/mirador a conversar sobre lo que vemos y pensamos de nuestros lugares, nuestro barrio. Resolver en conjunto problemas y compartir problemáticas abierta y distendidamente. Recorrer el lugar en que vivimos sin ningún fin más que el recorrerlo. Organizarnos desde la simpleza y conversar con desconocidos, porque desde hace 40 años que se vive con miedo y desconfiando de modo paranoico e invivible de nuestra propia gente.
7. Reconocer las imágenes dominantes y jugar con ellas hasta revertir su significado por medio del control lúdico y político de su significante. Re apropiarse de ellas no sólo ser consumidor de ellas.
8. Jamás, jamás creer ciegamente en manifiestos sociales o artísticos. No recepcionarlos como si fuesen testamentos o decretos legales, porque esas estupideces no tienen ningún sentido más que para el que lo escribe y porque generalmente hay quienes mal interpretan lo dicho y citan partes de éste aunque sea anacrónico en un futuro contexto. La mejor forma de subvertir un manifiesto, es contra argumentándolo, ajustándolo a contextos puntuales, o redefiniéndolo constantemente. Un manifiesto no es más que eso, una mano es fiesta, una mano saludando, alzada entre la multitud diciendo lo que piensa, queriendo diferenciarse arriesgándose a semejarse. Una mano que una vez que dice, vuelve a bajar a su anonimato cotidiano, vuelve al adentro de su manifiesto, a sus quehaceres y sus preguntas del paso a paso.

22 de marzo de 2012

Universo y Rito

Universo
Dibujo con helado de frambuesa orgánico
de la Sra. Elena de San José y lápiz tinta n° 5
sobre papel canson delgado de 10 x 10 cm.
Año 2012
Rito (sacerdotiza y cetáceo copulando)
Dibujo con helado de frambuesa orgánico de la Sra. Elena de San José y lápiz tinta n° 5
sobre papel canson delgado de 10 x 10 cm.
Año 2012

La poesía no necesita poetas

La poesía no necesita poetas (Libertad) Paño de platos bordado con hilo (regalo a Damaris Molina a través de una carta - arte correo) Año 2012

Concha de tu Madre

Conchas
Dibujo con lápiz tinta n° 5 sobre papel de dibujo canson
año 2011-2012
Memoria Cotidiana
Dibujo con lápiz tinta n° 5 sobre papel de dibujo canson
año 2011-2012