24 de abril de 2008

Día de la Tierra

http://www.natgeo.tv/la/sabiasque/ http://www.inhabitat.com/
Aqui les dejo dos lugares para visitar. Son útiles, te indican en forma práctica cómo ayudar a la tierra y evitar modos contaminantes y el otro te informa sobre arquitecturas, diseños y arte pensados en la sustentabilidad, el reciclaje y el respeto por el entorno en que vivimos.
Datos:
1. La superficie mundial de cultivos transgénicos (OGM) creció de 2 millones de hectáreas en 1996 a 45 millones de hectáreas en 1999. (2000)*
2. La Agrupación de Agricultores Orgánicos de Chile no supera los 300 productores, con una superficie de más de 270 mil hectáreas. En cuanto al comercio de este tipo de productos, la demanda de países desarrollados lo ha convertido en un negocio millonario con un crecimiento promedio de un 25% anual en estos últimos 10 años. (2002)*
*Estos datos los tomé de la revista "Patrimonio Cultural" nº27, año viii, otoño 2003, y a su vez, ellos sacaron el dato de Revista "Consumo y calidad de vida", del Servicio Nacional del Consumidor, Chile.

23 de abril de 2008

El recuerdo de ese asomarse


...sigues siendo esa sopa de mar
bañada de Sol y Luna, eres aún
toda mi infancia, mi primera imaginación,
la araña escondida que teje y teje,
un suburbio encantado,
mi punto de partida,
el asomo del astro.
Valparaíso
escuché tu lamento una noche de primavera,
vi tu soledad una madrugada de diciembre...

Mi proximidad


Este es un collage que hice el año pasdo, el año 2007. Se lo obsequié mediante un correo postal a Isabel, una amiga escritora que vive en España. Fue un gesto de proximidad.

Lo que muestra esta imagen es algo esencial: la capacidad de proximidad, de acercarse.

Para acercarse es necesario asomarse. Salir del espacio habituado de uno y ver el afuera y comprender que ese afuera es también de nosotros, porque por allí nos resolvemos, y caminamos, y decimos hola. Nos reconocemos. Ocurre un salto, un arrojo.

El ojo como algo que observa logra su continuidad por medio de la mirada. Cruza el aire, los planos entrecruzados, las esferas. La mirada se derraba acariciando como una luz. La observación con proximidad, con el gesto de acercarse, se transforma en una contemplación. Pero esa contemplación no es un gesto teórico -si tomamos en cuenta su etimología- ya no sólo está allí en su mundo de idea, sino que se transforma en un temblor, en una vivencia contemplativa donde uno también está. No es escindida.

Entonces acercarse ya no es sólo una operación visual. Aproximarse implica una apertura mental, ya no sólo es sensorial o el corpus por el corpus. Acercarse es abrir un espacio de tiempo, una esfera de tiempo, una cadencia de tiempo, un espacio redondo, entre nosotros. Entre tu y yo. Es un acercarse amorosamente, es decir, ahora están despierto los afectos, nuestra capacidad afectiva. Entonces, se crea una atmósfera afectiva, de vínculos comprometidos. Se crea un lenguaje fino.

Acercarse, es un gesto aún no consumido, no es aún del espectáculo. Aunque hagan muchos reality shows, aunque intenten fabricar esteoritipos de personalidad o arquetipos de relaciones y vínculos interpersonales, la magia aún radica en el gesto de acercarse, gesto que ya no es sólo un gesto, porque también hace las formas, modula una plasticidad, conforma los modos de organizarse, los modos de trabajar, de "operar" como se dice ahora en el arte contemporáneo.


Para ser franca: ¡cómo extraño a los niños! cómo echo de menos el acercarse así, tan deliberadamente, desvergonzadamente, como un juego y tan seriamente en un mismo tiempo. Sí, para ser más franca, renuncio cada día un poco más al discurso del arte y me quedo con lo que aún no es considerado arte, me quedo con el crear, me quedo con estos pronombres hermosos -como diría Octavio Paz- sí, con estos pronombres hermosos: yo, tu, él, nosotros... y así reconocernos, y recordar nuestros nombres.
No tengo ni idea de quién leerá estas palabras, pero me acabo de acordar de un dicho: "quien no entiende con una mirada, tampoco lo hará con una gran explicación". Eso no sé si es una suerte de atención en este caso o un ejemplo de las "ventajas" que trae esa capacidad hermosa de acercarse.

20 de abril de 2008

Observaciones sobre el Habitar y el Hacer Colaboral por medio del Tejido Urbano

Territorio: porción de superficie terrestre perteneciente a una nación, región, provincia, etc. / Denominación que en algunos países reciben ciertas regiones poco pobladas y con escasas vías de comunicación que no gozan del mismo régimen político y administrativo que el resto de la nación. / Circuito o término que comprende una jurisdicción, un cometido oficial u otra función análoga.

“Porción de superficie perteneciente a”. Un espacio “limitado”, en este caso, por el habitar. El territorio pertenece a quien lo habita. Entonces, eso ya podría transformar al espacio a lo ilimitado en cuanto a posibilidad de creación y limitado a su vez, por corresponder siempre a un sitio geográfico determinado y a un hacer creativo que da luz, lumen, límites, así como horizontes de espacio.
Desde el habitar se hace el territorio y desde un territorio se hace el habitar.
¿Quién va primero, el huevo o la gallina? Como en una grilla, la relación entre territorio y habitar es cual dos sujetos emparentados: la madre y el hijo, nacen en una misma vez.

Habitar: Vivir, morar.
Habitación: Edificio o parte de él que se destina para habilitarlo / Cualquiera de los aposentos de la casa, especialmente el dormitorio / Acción y efecto de habitar.
Habitáculo: Habitación, edificio para ser habitado / Lugar que reúne las condiciones apropiadas para que viva una especie animal o vegetal.
Habitat: Conjunto de factores ambientales en los que vive, de un modo natural, una determinada especie animal o vegetal / Lugar donde se habita.
Hábito: Modo especial de proceder o conducirse, adquirido por repetición de actos iguales o semejantes u originados por tendencias instintivas / De habitus (lat). Carácter, actitud, modo de ser. Lo habido o tenido. Costumbre. Vestido, manera de ser.
Habituar: Adquirir un hábito, acostumbrar.
Habitud: Relación que tiene una cosa con otra.

Morar: De moris (lat) costumbre, del cual viene morari (lat), detenerse y mora (lat) retraso.

Desde la relación entre el territorio y el habitar surge la siguiente pregunta: ¿cómo habitamos? El hombre es hombre y luego se hace según su condición de hombre. La pregunta entonces se base en este construirse, hacerse. De allí la costumbre, el carácter. Considerando las problemáticas sobre la identidad (patrimonio) que se han arrojado últimamente dentro de las prácticas artísticas, por ejemplo la idea de escena local, la pregunta abre un campo de investigación.

Tomando el ejercicio de obra dentro de mí hacer plástico:
1. “Tejer barrial”, el cual se ejecutó a partir de una operación colectiva, dinámica y relacional a partir del gesto de tramar, tanto como gesto manual de tejer como gesto del caminante al recorrer y establecer vínculos con otros. En ambos se construyen relaciones simbólicas y se relatan re-conocimientos. Por eso el encuentro desde el punto de vista formal y relacional es importante en esta investigación. Por eso, que al hablar de ello, es necesario problematizar los conceptos de identidad y localidad, y por qué no, de (in)definir cuándo acaba uno y empieza el otro en un proceso creativo.



“Tejer barrial” es una intervención urbana realizada en el mirador principal de la población José Ignacio Zenteno, entre los cerros Barón y Lecheros, frente a escuela Juan de Saavedra en calle Blanco Viel, durante 3 días diferentes entre si en los meses de septiembre y octubre. Fue hecha con un kilo de lana cruda hilada a mano y mide aproximadamente 20 metros cuadrados de extensión y otros 6 de alto. Se realizó primero como prueba de ambientación y escenografía del proyecto procesual Tejiendo Barrio y segundo, como ejercicio colectivo de obra ejecutado junto con los vecinos. Ante eso, el campo de acción de la obra está limitado por un marco procesual social. Con esto último nos referimos a un proceso social, y siendo exactos, ubicado dentro de la ciudad, en una población barrial.

Proceso: Progreso, acción de ir adelante / Transcurso del tiempo / Conjunto de fases sucesivas de un fenómeno natural o de una operación artificial.

Quizás este término dentro de este ejercicio de obra pueda ser analogable con el concepto de situación o creación de situaciones, como creación de fases, propuesta de acción de La Internacional Letrista a fines de la década del 50 y que articuló luego casi paralelamente la Internacional Situacionista. Este crear situaciones consistió en emplear todos los medios tecnológicos existentes con el fin de ambientar, crear escenarios, situaciones con el fin de que un individuo o varios puedan satisfacer transitoriamente, en el presente, un deseo o vivir deliberadamente determinado estado o aventura del cual surgiría el nuevo arte, un arte sin espectadores sino con actores que lo viven.

Diagramación del ejercicio de obra Tejer barrial (2007)

Recordemos que ya desde la Bauhaus, la cual tuvo su inicio en 1919, un grupo de artistas crearon el colectivo Cobra a fines de 1948, apoyando la experimentación, la transgresión de las categorías y las jerarquías artísticas, y la desaparición de los intereses particulares en beneficio de la obra colectiva. Una vez separado Cobra en 1951, varios de los mismos artistas junto con otros, formaron el Movimiento Internacional para una Bauhaus Imaginista (MIBI) en 1953, en oposición a la doctrina funcionalista representada por la nueva Bauhaus de ese tiempo dirigida por Max Bill. MIBI, pretende retomar el carácter experimental y pluridisciplinar de la antigua Bauhaus y hacer de la industria un medio y no una finalidad en sí misma.

¿Pero, a qué se referirán con dejar fluir la creatividad y el deseo colectivo? ¿El arte acaso no se hace desde su carácter experimental? ¿Puede hacerse arte desde una pluridisciplinariedad? Volveremos a estas preguntas más tarde.

Tejer barrial entonces, tomando en cuanta el significado del término proceso, transcurre socialmente mediante una sucesión de operaciones artificiales ubicado dentro de la ciudad, en una población barrial, y consistió en formar una trama a modo de recorrido, cruzando con lana la distancia entre un edificio y otro, y un grupo de palos de poste de iluminación con otro en un extremo contrario, atravesando una explanada de la población que es a su vez un lugar de paso y un mirador.

Ciudad: Núcleo urbano de población densa. Constituye un complejo demográfico, económico, sociológico y político en el que se ejercen actividades económicas relacionadas con la industria y los servicios / De polis (gr) como ciudad, pueblo, estado, comunidad, modo de vida, lugar de actividad y formación educativa de la mente y el carácter del ciudadano.

Barrio: Del árabe barri que significa exterior, campo / lo exterior, lo propio de las afueras, el arrabal / Cada una de las partes en que se dividen las ciudades, estados o pueblos / Agrupamiento social espontáneo, determinado y diferenciado, que produce y mantiene las relaciones personales alrededor de puntos clave como la iglesia, la escuela, el comercio, o la vivienda.

Andar: Del verbo ambulare (lat) que significa andar, caminar. Ambulare viene de ambis (lat) que significa dos, ambos, por ser una acción que se efectúa usando las dos piernas / Ir de un lugar a otro dando pasos / Acción modo de andar.

Tejer: Del verbo texere (lat) tejer, trenzar, entrelazar del cual viene textus (lat) texto / Formar la tela en el telar entrelazando en él la trama y la urdimbre / Entrelazar hilos, espartos, etc., para formar trencillas, esteras u otras cosas semejantes.

Parte de entender con mayor cavidad el lugar y asistencia de un ejercicio de obra es reflexionando, valga la redundancia, sobre el lugar en donde se emplaza y cómo opera. Para tal lectura es necesario reconocer lo siguiente: está en una ciudad, en un barrio de cerro de Valparaíso y se ejecuta desde el gesto dinámico de recorrer, andar por y tejer.

Los dadaístas, frente a la iglesia Saint-Julien-le-Pauvre en 1921 iniciaron lo que seguiría siendo después sus recorridos por los lugares banales de la ciudad. Dentro de éste expresan: “La nueva interpretación de la naturaleza aplicada esta vez a la vida y no al arte”. Empeñados en el anti-arte y por tanto en la no representación.

“Coja un periódico. Coja unas tijeras. (…) es usted un escritor infinitamente original y de una sensibilidad hechizante, aunque incomprendida del vulgo”-.T.Tzara.

Los surrealistas, volcando su mirada al inconciente y el mundo onírico, anduvieron por los vacíos de la ciudad equivalentes al mundo psíquico, deambulando, haciendo aparecer un territorio subjetivo y arquetípico. Ambas vanguardias de comienzo de siglo XX con sus inquietudes por la experiencia y de querer superar cierta institucionalidad de la manera de entender el mundo, dieron pie al arte para re-ubicarse dentro del contexto de ciudad, sin embargo ambas fueron incapaces de crear una representación concreta en torno a la práctica del andar y sólo hicieron referencia a ella de un modo literario. Ejemplo de esto son los poemas dadaístas y relatos de experiencias de vagabundeo surrealista, como lo fue “Le Paysan de Paris” de Louis Aragon (1924) o “Nadja” de André Breton (1928).
“Y la ruta de la aventura mental
Que sube vertical
Y al primer alto se enmaraña”
-.A. Breton

Los situacionistas usaron del andar un modo concreto y no poético en tanto que escritura, llegando a llamar a este gesto como deriva, método de indagación que debía tener como campo de acción la vida, la ciudad real. Careri[1] menciona que la dérive “está sometida a ciertas reglas: fijar por adelantado, en base a unas cartografías psicogeográficas, las direcciones de penetración a una unidad ambiental a analizar; la extensión del espacio a indagar puede variar desde la manzana hasta el barrio (…) debe emprenderse en grupos constituidos por dos o tres personas unidas por un mismo estado de conciencia, puesto que la confrontación entre las impresiones de los distintos grupos debe permitir llegar a unas conclusiones objetivas”. La deriva surge de la lectura subjetiva de los surrealistas pero la transforma en un método objetivo de exploración de la ciudad junto con el concepto de psicogeografía, que investiga los efectos psíquicos que el contexto urbano produce en los individuos.

Nos remontamos a estos tres momentos dentro de la historia del arte porque creemos elemental para preguntarnos por la contemporaneidad de mi ejercicio de obra en cuanto a su modo de crearse y operar. A diferencia de dada y el surrealismo dentro del concepto de andar, Tejer barrial es en sí una representación del re-correr en tanto que acercamiento y de la relacionalidad espacial e interpersonal del lugar: un barrio de Valparaíso. Este re-corrido / acercamiento no fue situacionistamente por medio de una deriva, ya que no hubo regla alguna y ningún mapa psicogeográfico previo al cual atenerse estratégicamente, sino más bien una disposición por conocer al otro: en sus diferentes aristas, ya sean históricas, formales, sociales, etc.
Crucial es también el contexto social e histórico, que determinan una diferencia tajante en cómo pensar la ciudad ya que mi obra se desarrolla dentro de preguntas en torno al patrimonio intangible, por ende sobre la identidad, valor por el cual ellos también se preguntaron pero no reconociéndolo como un valor, sino más bien desde la idea de habitar ludicamente, contraria a lo que ellos llamaron “la ciudad burguesa”. Hoy no existe la burguesía, pero si un sistema capitalista privado y una hegemonía de partidos con poderes urbanos, sociales y económicos, por decir algunos, que se mueven y actúan en la ciudad(anía).

Otras variantes con las cuales se puede comparar Tejer barrial, es con lo que Rosalind Krauss
[2] denominó earthwork, esculturas de artistas de fines de los 60, conocidas también como Land art. En su investigación ella se pregunta por la posibilidad o necesidad de la escultura de concebir el espacio expandido desde la experiencia, provocando así una ruptura histórica y de transformación estructural del ámbito cultural. Krauss reconsideró la escultura dentro de un cuadro histórico más amplio.

El Land art se valió de la práctica del andar como acto primario de transformación simbólica del territorio. Careri, en el capítulo Land walk, menciona el viaje de Tony Smith de 1966 por una autopista en construcción en la periferia de New York, quien relata “el asfalto ocupa gran parte del paisaje artificial, pero no es posible considerarlo como una obra de arte”. El autor define esta experiencia como “el fin del arte”. Es así como Careri después indaga a partir de esta experiencia sobre el andar en tanto que minimalista y land art. El primero porque redujo la escultura a presencias cada vez más ausentes, comprendiendo el paso del objeto minimal a la experiencia sin objeto, y el segundo porque se consumó principalmente en el acto de andar, en el hecho de vivir esa experiencia. Artistas como Robert Smithson, Fulton y Richard Long crearon a partir de esta experiencia no sólo en lugares o “espacios expandidos”, también trabajaron desde la ciudad, logrando observaciones a nivel urbano social tan evidente y a la vez invisible por el mundo paisajista, urbanista y arquitectónico.

A walking and running circle, escultura de Richard Long en las tierras de la tribu Warli en Maharashtra, India. Año 2003.

Es con R. Long con quien creo hay mayor afinidad en cuanto a modos de llevar a cabo la obra. Así como en las culturas antiguas, en Long, es el cuerpo un instrumento para medir el espacio y el tiempo. De hecho, sólo como nota: el concepto andino de espacio (pacha en quechua) está íntimamente relacionada con el de tiempo y abarca tres regiones, o mundos (pacha): el de arriba (hanaq pacha); el mundo de aquí (kai pacha) morada de los hombres; el mundo de abajo (hurin pacha) morada de los difuntos. A los dos extremos, hay un mundo del más arriba (hanaq pacha) sede de las hierofanías uranias y un mundo ctonio de las profundidades y de adentro (uku pacha) morada de los más antiguos ancestros y de las razas primordiales. Con Tejer barrial, el transcurso del tejido depende también de los límites del cuerpo, pero ya no solamente propio, sino del cuerpo grupal; he allí una diferencia. Por otra parte, para Long el cuerpo es una herramienta de diseño, ya que el acto de trasladarse lo representa cartográficamente, tanto después como durante y mayoritariamente antes de andar. En Tejer barrial, el cuerpo es una “herramienta de diseño” no porque dibuje huellas en el suelo, sino porque es quien traza en forma textil el vacío del lugar y a su misma vez, lo habita no desde un relación bilateral individuo/entorno, más bien desde una relación trí-cíclica entre individuo/convivencia vecinal/ciudad. Hay una tercera instancia de microcomunidad.

Quipú menstrual, intervención de Cecilia Vicuña frente al glaciar del Nevado del Plomo, en la región Metropolitana, Chile. Año 2006.

La relación de Tejer barrial con las obras de Cecilia Vicuña, residen en la trama y en la materialidad. Fue quizás en el periodo de indagación del material cuando las representaciones hechas tenían un común más evidente con las obras de Cecilia Vicuña, pero a medida que se han ido desarrollando han ido encontrando poco a poco un modo de decir “personal” dentro de la colectividad.


Se trabajó a partir del concepto de tejido ciudadano y de formas tramadas con la lana como modo de dar a entender el entre como proceso de un gesto de relación vivo y constante. Dichos entres, nos permitió efectuar lo que llamamos proceso colaborativo de construcción, trabajo flexible con los vecinos a modos de visitas, conversaciones y encuentros casuales significantes, que hicieron de la obra una co-estancia y co-instancia barrial en torno a un hacer creativo
[3].
¿Cómo una trama puede tender a hacer re-mirar la ciudad?

Dentro de las consecuencias del “Tejer barrial”, fue la habitabilidad de éste como espacio tramado y la nueva imagen transpuesta que proporcionaba a la vista de la ciudad, lo que provocó una suerte de contemplación general, un asomo/acercarse a donde se vive. “Tejer barrial” experimentó trabajar con lo que actualmente se denomina como patrimonio intangible.

Con respecto a la habitabilidad de la obra: su fragilidad y suspensión es importante como metáfora de las relaciones interpersonales que sujetan un lugar de convivencia como es un barrio y por otra parte, se emplaza en un lugar público, en un lugar común de los vecinos ubicado entre dos edificios departamentales y a lo largo de una transcurrida explanada de paso y descanso, ya que funciona como ruta entre el centro y el cerro y además como mirador principal de la población. En relación a esto es importante mencionar:

Dentro de las III Jornadas de Historia del Arte efectuadas a comienzos de octubre del 2006 por la Universidad Adolfo Ibáñez de Viña del Mar, bajo el nombre de “Arte Americano, contextos y formas de ver”, Ana Isabel Parada Soto, investigadora venezolana, presentó su ponencia “Libertad de creación o imposición del estado: participación de los artistas venezolanos en la Bienal de Venecia”, sobre la cual expuso dos casos de censura de parte del gobierno venezolano a artistas visuales del mismo país en el contexto de la Bienal de Venecia de 1993. Se refirió al caso de censura hacia Meyer Abisman al presentar su obra “Verde por Fuera, Rojo por Dentro” de 1989, conocida popularmente como “El rancho de Vaisman”,



al desarticular las certezas y preconceptos existentes sobre la escultura pública y las nociones de local y global e interior y exterior, dicha obra propone presentar una vivienda marginal como entidad generadora del “sitio” y, por ende, formadora de un discurso hacia lo público desde lo privado. Por otra parte evidenciaba una realidad contraproducente a la imagen de país que llevaba formándose Venezuela desde el periodo del dirigente Carlos Andrés Pérez y luego con Rafael Calderas. Desde 1998, con Chávez como presidente y líder de la revolución bolivariana, el gobierno acordó en hacer postular en un primer concurso nacional a todas las obras que representarían a Venezuela en la Bienal de Venecia, para no repetir lo ocurrido con Meyer. Es así como en el 2003 el proyecto cityrooms.net de Pedro Morales es acogido por el gobierno venezolano pero éste le pide cambiar la obra. Ante eso el autor expresa a comienzos del año 2007: “Hay que ir a Venecia a demostrar que Venezuela es mucho más que nuestro pesar, más que una solución apurada para salir del paso. Innovar es algo que no se espera de países en crisis, sumergidos como estamos en estertores y cuitas. Resulta que sí podemos crear lo que innova, y al hacerlo estamos contando una manera de la realidad, que no debe permanecer oculta. De otra forma seríamos cautivos de nosotros mismos”. Según Ana Isabel Parada, “Venezuela actualmente se encuentra dividida en dos partes: el lado Este lleno de ricos y el lado Oeste, lleno o tomado por lo buhoneros”. Cabe preguntarnos entonces ¿El arte crítico puede ser acaso una forma de mostrar el estado actual de una nación y en ese sentido responder más fielmente a la idea de patrimonio? Se menciona dentro de esta ponencia que uno de los tópicos actuales de la producción artística es la habitabilidad frágil, mirada desde distintos puntos de vista pero todas acercándose a las tenciones cotidianas, modos de vivir y por ende, a ser críticos con la desigualad social, las problemáticas urbanas de vivienda y patrimonio.

Inmediatamente después, dentro de la misma III Jornada de Historia del Arte, el historiador José de Nordenflycht Concha presenta su ponencia “El futuro anterior: la activación del patrimonio a partir de las prácticas de arte crítico en Chile”. Dicho nombre ya responde casi obviamente la pregunta anteriormente arrojada. Aquí, Nordenflycht menciona una serie de cambios urbanos a motivo de Valparaíso como patrimonio y contiguamente dentro de su relato, a un artista y su obra como activación de este fenómeno patrimonial. Por ejemplo menciona el caso de la Plaza Sotomayor de Valparaíso, la cual fue intervenida en los últimos diez años. En 1999 el gobierno se propuso construir allí estacionamientos subterráneos, encontrando, durante el proceso excavación, restos arqueológicos que develaban una ciudad que no se conocía. Artistas e investigadores registraron esto. Actualmente dichos restos están ubicados en el Museo de Sitio de la plaza Sotomayor, construido a motivo de lo ocurrido, al lado de los estacionamientos subterráneos. Los artistas Guisela Munita y Pedro Sepúlveda hicieron obra crítica en torno al tema, y para el 2001 Alberto Madrid ya hacía una convocatoria para el proyecto curatorial “A Escala” a artistas que quisieran hacer intervenciones urbanas por el caso de Plaza Echaurren, amenazada patrimonialmente por la construcción de un supermercado. El marco de dicha curatoría sería la resignificación de lugares en un determinado territorio de Valparaíso. Los artistas que participaron en esta convocatoria son: nuevamente Pedro Sepúlveda, Rosa Velasco, Mario Soto, Edgardo Canales y Ricardo Bagnara, Carolina Rulf, Camilo Yánez, Luis Jarpa, Nuri González, etc, por nombrar algunos destacados.

¿Cómo una trama puede tender a hacer re-mirar la ciudad?

Se podría decir entonces que la trama textil y urbana se entroncaron plásticamente bajo este proceso colaborativo de construcción, aludiendo a una entre lectura sobre el habitar.

Pero tales lecturas no son exclusivas del mundo del arte. A partir del ejercicio de ver dentro del cual comenzó “Tejer barrial”, citamos las palabras de Matta: “El problema para mi es el siguiente: cómo ves cuando ves… Para “ver”, se necesita naturalmente un sistema de comparaciones. Yo digo el verbo “ver” para que “ver” no sea solamente lo que hace la cáscara fotográfica, o no sea lo que hace el microscopio. “Ver” como verbo, es decir: ver la cosa creciendo. Ser capaz de ver la cosa creciendo, de ver cómo ella va cambiando”
[4] Desde el ejercicio de ver, surge un acercamiento al lugar, del cual proviene después un trabajo en torno al lenguaje, el cual creemos se experimentó, trabajó y estudió de la siguiente manera:

1. Lenguaje en relatos construidos por los sujetos:

Nos referimos a la vivencia adquirida por medio del relato construido por los habitantes del lugar, los vecinos, quienes ávidos por contar su historia comienzan a tejer desde su inconciente, su experiencia y cognición su interpretación del barrio/lugar, tanto desde la palabra como desde su intervención subjetiva. En relación a esto último, el colectivo chileno Apariencia Pública
[5], del cual el arquitecto José Llano, su más conocido interlocutor, apunta a algo muy similar con respecto al acto de interpretación pero desde una mirada arquitectónica: el dice que entre la triada sujeto/ciudad/historia hay un vacío que tiene que ver con el sentido como modo de representación, es decir, el sujeto por medio del imaginario (inconciente colectivo) se apropia del territorio dándole una ordenación y noción colectiva. Hay una cuestión que Llano critica y tiene que ver con su postulado, y es que el arquitecto “piensa el proyecto” (hacia delante en el tiempo) y se olvida del presente real, al cual los habitantes están mucho más arraigados y potencialmente activos a codificar con mayor eficiencia una lectura del lugar. Desde nuestra experiencia podemos decir, que el relato hablado que los vecinos construyen es su interpretación de lugar, al igual que sus intervenciones en su espacio físico, como es el habilitarse jardines en un contexto de edificios de departamentos mediante el establecimiento de un espacio por medio del acto de "enrejar" en post de su propia seguridad.

2. Lenguaje a partir de relatos construidos por la interlectura de los lugares, no lugares y edificios:

Detectamos una suerte de invasión al lugar, como por ejemplo: La Torre Barón: desde el año 2005 aproximadamente, los vecinos se organizan para evitar la construcción de este edificio sin el apoyo constante de la respectiva junta vecinal de Barón. No lo logran, sin embargo provocan rebajar el número de pisos de 20 a 12 y hacen a su vez que el cerro Barón sea un lugar reconocido y de valor patrimonial, dentro del cual es “pertinente” hacer respetar el derecho a vista. Supermercado Jumbo: no lugar
[6] que ha cambiado la arquitectura en la parte baja del cerro, ha afectado a los pequeños negocios de éste y ha empobrecido el encuentro entre los habitantes. Centro de reclusión nocturna para jóvenes en riesgo social junto a la escuela municipal Juan de Saavedra: a este lugar “hueco” o inutilizado en la estructura del cerro, decidieron darle uso una vez entrado en vigencia la ley procesal penal juvenil. A motivo de esto, un grupo reducido de apoderados y profesores se organizaron en contra de esta idea. Aldo Cornejo fue a la Escuela y en simples palabras dijeron con su equipo que la construcción de la cárcel se paralizaba puesto que primero, el municipio no fue consultado, y segundo, porque no cumplía con el plan regulador de la zona. Aún así, desde mediados del segundo semestre del 2007 que este centro está funcionando dentro de sus labores penitenciarias. Dichos casos ejemplifican este “tapiar la ciudad” y anuncian el fenómeno de desplazamiento del habitante, pudiéndose formular a partir de ellos una interlectura crítica.
A esto: “Los tres grandes problemas que anunciaron los años setenta para el patrimonio de las ciudades de nuestra región: pobreza, obsolescencia y tugurización, han convertido a sus soluciones en nuevos problemas, a saber: fachadismo, especulación y gentrificación (…) Cuando se liberaliza el uso de suelo y los entes administrativos del territorio local pasan a ser administradores de servicios locales- salud, educación, etc.- dejando el desarrollo del territorio a las exigencias del mercado, se instala el facilismo asociado al esfuerzo que hace un estado neoliberal por subsidiar desnaturalizadas operaciones de rehabilitación que no apoyan el desarrollo humano sino que, por el contrario, sólo atienden las variables del crecimiento inmobiliario, convirtiéndose en un dato más del escenario de la especulación. (…) Si sumamos a ello la promoción de un modelo de “democracia privada” donde los ciudadanos pasan a ser consumidores y, por lo mismo, las organizaciones del tercer sector tienen la tendencia a convertirse en organizaciones de consumidores, donde las actividades de mercado de la administración local en torno a la mediación de los intereses de privados provoca que la gentrificación tenga como efectos la expulsión de los vecinos que son reemplazados por los propietarios. El patrimonio se ha privatizado”
[7].

3. El lenguaje como tejido textual o texto tejido crítico y pensante:

El ejercicio de ver crear el trabajo con el cuerpo nos permite distinguir un tipo de relación (cognoscitiva) entre la configuración terrestre de Valparaíso con la sensibilidad corporal en cuanto tensión espacial. El espacio en tensión con el cuerpo. Nos encontramos con la panorámica del lugar y visualizamos la forma de la ciudad: anfiteatro. Valparaíso es una ciudad que puede verse: tiene vista sobre ella misma. La curvatura se crea en el acto de ver la ciudad, como una distancia entre el cuerpo que presencia y se asoma con/desde la ciudad. La forma primera que se distingue: la parábola.




Parábola: Proviene de pará (gr), poner al lado y ballo, bállein (gr) arrojar. Parabállein, verbo (gr) que significa comparar. De esta misma raíz proviene el término palabra.

Una segunda observación son los dos movimientos opuestos y complementarios que se pulsan creando un ritmo en el lugar: converger y divergir.

Converger: Con-fluir, coincidir, dirigirse, con-centrarse, re-unirse.
Con-verso: acto de con-versar, de estar en una con-versación.
Verso: De versus (lat), surco, línea / vertere (lat) girar, volver.

Divergir: Di-ferir, oponer, separar.
Di-verso: di-símil, heterogéneo, otro.

Ritmo: De rythmos (gr), manera de fluir / rhein (gr), fluir.

Del ritmo en la construcción de los edificios propiamente tal, hacemos referencia al calado constructivo, al acto de dejar ver ese habitar y de intencionarlo hacia fuera a su vez. Hay posibilidades de encuentro. Se puede decir que la población Zenteno es un espacio entreabierto y que a diferencia de los "no lugares", que carecen de identidad, son "grises" y homogenizan el habitar volviendo muda la palabra del habitante, no coarta la relación siendo posible en él, el encuentro.
Para entender mejor qué distinguió este ejercicio de hacer texto y tejido a partir del ejercicio de ver, revisaremos un ensayo realizado a motivo de lo mismo llamado “Valparaíso, geografía de la cadencia: La sobre vivencia del lenguaje del habitar en tiempos de invasión territorial”:

El territorio de Valparaíso es también su geografía específica, y no sólo su aspecto político, social y económicamente delimitado por sus respectivos “encargados municipales”. La estrecha geografía entre los cerros y el borde costero ha dispuesto un modo de habitar entrecruzado por los cerros, abierto a la amplitud oceánica y con el vértigo de estar enfrentándose constantemente a si mismo. Valparaíso tiene esa facultad, puede debido a su geografía, mirarse a si mismo desde cualquier lugar.

¿Cómo la geografía de una ciudad se entronca con el modo de ser de esta misma?
Aquí volvemos a toparnos con la cualidad interpretativa del sujeto de su lugar, aportando a éste esa cuota de realidad que no tienen los proyectistas.

A esto, reflexionemos: Hace cuatro años Valparaíso fue nombrado por la UNESCO, Patrimonio De La Humanidad, debido a su paisaje en forma de anfiteatro natural creado por el puerto y los cerros en contorno, su espontaneidad y no planificado nacimiento como ciudad y su rico eclecticismo. Desde ese entonces el habitar se ha ido transformando. Uno de los cambios más drásticos que ha sufrido Valparaíso ha sido el de la invasión inmobiliaria.

En estos últimos 5 años o más, a predominado el surgimiento de restoranes, hostales, cafés y la construcción de edificios de altura, de malls o grandes tiendas y de estacionamientos para vehículos. Habitar en esta efervescencia de carácter urbano e inmobiliario a pasado, quizás, inadvertido por la mayoría de los ciudadanos de Valparaíso, lugar donde “cada sector tiene un carácter tan propio y definido: su aspecto responde tan exactamente a una época determinada, que podemos afirmar, resueltamente, que en Chile no hay otra ciudad como esta, donde se puede abrazar todo un trozo de vida palpitante y sentirlo vibrar junto a nuestra propia vida. Por esto es una ciudad que revela su belleza solamente al que pasa por ella. Los que viven ahí no comprenden nada de nada. Nunca vi mayor ceguera que la de esos hombres horriblemente provincianos en el puerto y tan fríos, que ni siquiera perciben el caudal de vida que les bulle en torno. Me recuerdan a esos pobres turcos de Estambul que nunca entran a Santa Sofía, pero que se quedan extasiados frente a los afiches de cowboys del teatro vecino”.
[8]

Sin detrimento a aquellos que habitan Valparaíso junto conmigo, pero cada vez que se construye un estacionamiento, un mega mercado, una súper tienda o un edificio de departamentos, miran embobados y dicen: “que lindo, eso le da plus al puerto, le da posibilidades de desarrollo”. Al preguntar por qué, ellos responden “porque va a llegar otra gente acá, con más plata y eso le da plus al lugar donde vivimos, le da status, se pone más bonito el sector y se hace más seguro”. Pregunto nuevamente, por qué.

¿Qué hace que a un terreno se le fuerce ser otro que nunca ha sido ni es? la necesidad de las inmobiliarias sin duda es vender y prometer una “linda vista”, que por lo demás es algo de todos, y un estilo de vida sobre un suelo cada vez más valorado desde el punto de vista mercantil y (a)traer otros habitantes a este lugar-postal que roza “lo exótico”.

No es curioso que una ciudad después de haber sido nombrada Patrimonio de la Humanidad caiga en estas “contrariedades”. Barcelona, por ejemplo, es uno de esos lugares que se ha visto afectado por este fenómeno a causa de un ambiente de ascendente negocio turístico
[9], a falta de legislación apropiada sobre esos suelos, a falta de criterio y visión de los representantes que contemplen beneficios a largo plazo, por las ilusionadas expectativas de vida de algunos, el afán de dinero sin importar el medio de otros y la simple escasa atención que se presta a fenómenos “urbano-sociales”.
Durante el segundo semestre del 2007, a Valparaíso vino el arquitecto español Jorge García de la Cámara, desde Barcelona, para conversar sobre los proyectos y estrategias que están llevando a cabo en dicha ciudad patrimonial que sufre el mismo mal que Valparaíso: la invasión inmobiliaria. El proyecto la Barceloneta, barrio de pescadores mayoritariamente de tercera edad con viviendas de 8.40 metros cuadrados correspondientes al espacio límite de la vivienda mínima, adaptaron un sistema de votación del 50% + 1 que determinara el auto desalojo de los vecinos ante el requerimiento de terrenos ante la prolífera construcción de viviendas en altura, ante la cual en el común acuerdo de los vecinos se niegan a hacer. Ante esto, García de la Cámara dice que lo fundamental de entre los vecinos, artistas e investigadores que apoyen dichas causas, es la estrategia del sistema tripartito: relacional/emocional/cotidiana. Cada una de ellas vinculadas entre si, arman esta estrategia en pos de lo reflexivo y crítico con respecto al hacer de la ciudad, su destino y forma de vida. ¿no es acaso un ejercicio de hacer palabra re-flexiva, en versus?

En Japón, si me permiten ir un poco más lejos, los mismos dirigentes municipales comienzan a alearse con inmobiliarias para luego conseguir suelos con un mayor avalúo a precios menores, con el fin de lucrarse de ello.
[10] Las intervenciones inmobiliarias, de la mano con la especulación del suelo, engañan tanto a los futuros propietarios como a los municipios, transgrediendo las normas y sometiendo las áreas consolidadas a innecesarias demoliciones o proyectos que a fin y al cabo atentan al mismo bien llamado “patrimonio” y sólo velan por la ganancia mercantil. Valparaíso también padece este fenómeno.

Así, como sin darnos cuenta, nuestro habitar ha ido cambiando drásticamente. ¿Será ello, acaso, una forma de desplazamiento del llamado “patrimonio intangible”? Los antiguos habitantes son empujados por estas nuevas formas de “estar”.

El modus operandi a través del ejercicio de ver, que tiene que ver quizás paralelamente con el hacer visible, más el hacer texere crítico/poético, creemos es analogable en su concreto con el de Cecilia Vicuña
[11], quien hace una construcción por medio de este sistema usando ambas relaciones, como es por ejemplo en su obra “Quipú menstrual”, a la cual acompaña con un texere crítico/poético llamado “Una respuesta a Pascualama”. Leamos unos fragmentos:

“El glaciar es el origen de la palabra “cool” y el primer “chill”, el hielo lento de una música interior que se muere si nadie la quiere oir.
(…)
Los incas enterraron vivo al niño-cóndor, guardián del glaciar, al borde del nacimiento del río Mapocho, en el cerro del Plomo, para que nunca faltara el agua, en el valle que hoy llamamos “Santiago.”
Fué enterrado y olvidado durante 500 años, para luego ser hallado y arrancado de su sueño por buscadores de tesoros. Lo hallaron para deshallarlo convirtiéndolo en “objeto arqueológico.” Dijeron “es el culto de las alturas” y esa frase lo situó en el pasado. Lo llamaron “La Momia del Plomo”, y ese nombre lo apartó de la vida, pero el niño sigue dormido y su sueño revive cada vez que alguien siente su conexión con el agua.
Ahora el niño está volviendo a la conciencia nacionalen el momento en que los glaciares se derriten y corren peligro de ser vendidos, contaminados, perdidos. Re-aparece cuando Chile está a punto de escoger entre oir o no oir la música de una conexión con la tierra y el glaciar, el tono específico de un lugar.
Un lugar es un sonido, y una forma de oirlo.Un tejido de interrelaciones, una interacción entre la gente y la tierra, el espacio del nombrar.
Cambiar el significado de un nombre cambia la historia.
(…)
El agua es el oro /
La sangre de la tierra / Oyéndonos.
Los hielos que se desplazan lentos, son el testimonio de la antigua relación de los pueblos originarios del sur andino con el agua, y el mantenimiento ritual de su fluidez, nuestro verdadero patrimonio cultural. La herencia futurista de una manera de ser que sustenta la tierra y la vida humana a la vez.
(…)
En Chile, el cóndor y el agua de las historias, la memoria de su pueblo son el “songline”, la línea de un canto que entra en la tierra fecundándola.
El quipu inasible de nuestra continuidad.”

Esta forma de trabajar el lenguaje desde un punto de vista crítico pero sin olvidar la esencialidad de las palabras, van conformando un horizonte de preguntas que paso a paso dan pie a un lineamiento autoral o propuesta de obra. El lenguaje nos lo fue dado por la geografía y urbe de la ciudad, mirada desde esta población (Zenteno).
Es respecto al lenguaje también, que el colectivo El Muro ha desarrollado una plataforma de creación, desde una mirada crítica y lúdica con respecto a la ciudad y a la vida del hombre en general. Actualmente, desde la experiencia colectiva e individual hemos puesto atención a fenómenos sociales que contextualizan el crear y podrían quizás ser determinantes al momento de su lectura o visibilidad desde el punto de vista de escena local emergente. Unos de estos son la indiferencia
[12] y el compartir.
La indiferencia es la insensibilidad hecha estandarte, es el producto psicosocial de un sistema sociopolítico económico imperante y publicitariamente sobre-estimulante. La insensibilidad como estandarte va en contra el oficio creativo y reflexivo. La insensibilidad como estandarte reafirma el miedo a re-conocernos y por ende, a no querer mirar lo diferente y para no encontrarnos en esa instancia, hacemos como si no nos viéramos, como si no nos afectáramos y si nos vemos, nos ignoramos, negando la existencia del otro.
[13]
La pregunta es, ¿cómo posibilitar, dentro de este contexto de indiferencia una plataforma de creación colaboral? Contextualicemos también este fenómeno, dentro de la instancia que fue Tejiendo Barrio, en el cual se inserta la obra en debate, Tejer barrial, al señalar una amenaza latente que desarraiga al habitante de su lugar, ya se físicamente desplazándola como de un modo psicológico a través del menosprecio por su propio lugar de convivencia (o común vivencia), su propio barrio.
El lenguaje reflexivo sigue siendo clave para entender este proceso.

Respecto al compartir, concepto sencillo que indica un valor humano en su interralacionalidad, no intelectual y con un cierto tono pacifista o quizás moralista para algunos, es un término al cual Clemente Padín hizo recalco en su visita a Chile en el pasado mes de septiembre del 2007. Recordando lo más fielmente sus palabras, estas fueron: “Hay una diferencia entre actuar desde lo que uno hace y actuar con lo que uno hace”. Tratando de decir que la primera implica un compromiso, una unión que la segunda no. Actuar con lo que uno hace, termina por transformarse en un acto superficial, sin cuerpo ni sentido. Sentido al cual se refiere Apariencia Pública desde un punto de vista arquitectural de la intervención del sujeto en su ciudad (interpretación). Es importante mencionar que Padín ahí habla desde un concepto vivencial de si mismo, se refiere a recuperarse, es por eso que creemos crucial dicho pensamiento, el cual acompaña con estas palabras: “Defiendan con dientes y uñas cualquier derecho que pretendan quitarles porque sino, gastarán 50 años de su vida intentando recuperarlo”.
En este sentido compartir viene a ser una cuestión más allá que sólo estratégica en cuanto al trabajo asociativo como acción de producción y circulación, sino también una cuestión ética, que pretende cultivar memoria, de no dejar que el olvido mate o niegue y que por medio del juego con el lenguaje nos acerquemos, reconozcamos y pensemos de otras maneras, con otros nombres. Este ejercicio quizás, pueda hacernos validar y auto legitimarnos como escenas locales en co-operación.

4. El lenguaje poético:

Tejer barrial, dentro de sus instancias de conversación y juego con las palabras en torno a las cuales reflexionábamos, creó poéticas que desde una situación cotidiana y simple pasó a ser parte de la estructura ósea del ejercicio de obra. Estos textos son los siguientes:



Bajo las cosas
las cosas suceden.
Bajo las cosasse engendran los gestos.
Bajo las cosas,como por dentro,un interior vive

cubierto de una piel llena de huellas,

sosteniendo un mundo

con esqueleto de aire.

Bajo las cosas

están los pies con capas de piel,

con capas de huellas,

historias de pasos sin imagen,vacías de espacio,

muda de los ojos.

Bajo los pies yace la sensibilidad del topo,

animal ciego y gigante

nadando por recodos de madre.

Bajo las cosas, como por dentro de ellas,

vive el origen que anda circulando como la sangre,

el ser y el aire.

La raíz palpitante

sin caprichos ni olvido,

la raíz de lo invisible que posesiona las manos,

soplando fuego

y tomándolas para siempre

como a musas,

de las que nacen hojas de sus dedos,

espinas de sus llagas

y una flor, de su hueco de palma;
rincón cóncavo de todo el universo,

caos invisible,

la mar excluida y aún así indeleble

como el parto de un dragón,

grito que se alza al cielo y nombra el giro;

instinto de mar, espíritu de ola.

Frontalidad que se curva cual boca besando,

pronunciando hacia adentro,

pronunciando tragando

mientras desaparecemos en la caricia de su espuma.

Así, caídos, después de combustión y encuentro,

dentro de la noche,

como de otro sol, vamos decantando.
Sangre y roca son una sola.

Vamos decantando,

después del fuego, vamos decantando.

Siendo un reflejo, decantandocomo un espejo.
¡Somos un río manso y claro que todo lo refleja!,

cual eco de agua.

Sólo el verso y el agua decantan,

pueden en su gotaen su palabra,

desbordarse y ser

un mundo, un detalle.

***

Valparaíso
Dile a tus gobernantesque no te iluminen tanto,

que no sobre-lustrenla cáscara de tu huevo patrimonial,
¡un reconocimiento no puede inflarte el pecho, no tanto!,

Ya te ves ridículo lleno de joyas y logotipos.

Deja lo rimbombante, la parafernalia,

el estuco, tu maquillaje.
Valparaíso,

estás como un payaso triste,

sonriendo por obligación, vendiéndotecomo puta en horario de oficina, vendiéndote

en horario de reforma educacional,

encarcelado como un león viejoal cual no le quedan dientes,

sólo la peluca del espantosimuladora de melena.

¿Cómo estás Valparaíso?

Tan mío, de todos y de nadie.

No tienes hombro que te consueleel llanto nocturno detrás de los cerros.
Estas atrapado, invadido,

inválido, como enfermoque no sabe sanarse, como enfermo

esperando en el frío de un pasillo,

¡por años! Ser atendido.

¿Quiénes son los tuyos, Valparaíso?¿a quién perteneces?… más digno es quizás

el viejo ebrio de Eloy Alfaro

en vez de esos dueños

de tal o cual inmobiliaria.

¡Malditos!No suelo maldecir, pero ¡que se vayan!

los que te quieren dopado e indolente,

¡que se jodan! los que te quieren ignorante,

dócil e inagotable.

Valparaíso

sigues siendo esa sopa de mar

bañada de Sol y Luna, eres aún

toda mi infancia, mi primera imaginación,

la araña escondida que teje y teje,

un suburbio encantado,

mi punto de partida,

el asomo del astro.

Valparaíso

escuché tu lamento una noche de primavera,

vi tu soledad una madrugada de diciembre.

Los entres del tejido ciudadano entroncados con el tejido creado, nos permitió efectuar lo que llamamos proceso colaborativo de construcción, trabajo flexible con los vecinos a modos de visitas, conversaciones y encuentros casuales significantes, que hicieron de la obra una co-estancia y co-instancia barrial en torno a un hacer creativo, el cual fluyó a partir de una co-interpretación mutua de lo que es la relacionalidad, vecinal en este caso.
¿Pero, cómo se logró este fluido de común unión a través del arte?
Teniendo esta interrogante en mente, repitamos una pregunta planteada por CRAC
[14] a fines del mes de noviembre del 2007, dentro de varias que presentó en su actividad “Diáogo sobre condiciones de producción y circulación de arte contemporáneo. Cali, Valparaíso, Concepción”:
¿Crees que el trabajo asociativo entre personas, agrupaciones e instituciones entrega alternativas de acción a las variables de producción y circulación de arte contemporáneo?

Pensar en el cómo sucede y funciona el hacer creativo dentro de lo contemporáneo, es una pregunta que creo quedará sin responder, pero si podemos esbozar algunas tentativas.
Dentro de Latinoamérica en general, como ya dijimos, hay una inquietud generalizada por el habitar. Desde el punto de vista crítico de la vivienda mínima, pasando por sistemas urbano sociales y arquitecturales que la conforman, el poder político económico imperante y las tenciones relacionales del ser humano. Dentro de este grupo de personas inquietas, y recalcamos inquietas porque sería una clave para responder la pregunta recién planteada, porque a partir de una inquietud, cuestión inherentemente humana, surgen las cosas, especialmente si el hombre se sabe a si mismo como ser social. Dentro de este grupo de personas inquietas, como decíamos, está el Colectivo Descarrilados de Colombia y el ya mencionado antes, el Colectivo Apariencia Pública de Chile.
Con el Colectivo Descarrilados, tenemos la afortunada oportunidad de compartir con ellos via internet que tenemos específicamente, sobre el hacer arte social y público en tanto que espacio y proceso de creación como mencionamos anteriormente.

Situando a la obra y a su modo operante en el contexto actual, llámese contemporáneo, creo que éste responde a la asociatividad por la que nos preguntamos y que recientemente ha ido explorando en forma tímida y recelosa, la escena local de Valparaíso. No así en Latinoamérica, ni mucho menos en Europa que ya desde a mediado del siglo XX a mantenido esta forma de funcionar.
La contemporaneidad de mi obra reside en su hacer con, en y desde lo público
[15] y en el compartir, llámese también, el conversar y debatir, ejercicios con los cuales no existiría asociatividad alguna y por tanto, no habría un campo de circulación y legitimación en el campo artístico ni democrático y directa, en el campo social si se quiere. El vínculo entonces, se inicia desde la conciencia. En puntos generadores de conciencia.

Clara Bodenmann-Ritter en su libro “Joseph Beuys. Cada hombre, un artista”
[16], compila una conversación que tuvo el artista con varias personas dentro del contexto de La Documenta 5, y en ellas Beuys señala que es de la autodeterminación personal que puede desarrollarse una decisión popular. Más adelante él dice:
“A mucha gente se le puede aconsejar por ejemplo “Punts nucleares de la cuestión social” de Rudolf Steiner, para indicarles un instrumento adecuado de terapia o síntesis, sobre todo a los marxistas, que le dan tanto valor al análisis. De manera que sí, sí pueden indicarse algunas fuentes que es muy importante conocer y discutir (…) Es el concepto de figura humana, que tiene que estudiarse mediante la ciencia del espíritu cuando se llega a tener otra imagen del ser human que la de una visión materialista del mundo. Quiero decir que sólo el ser humano que se reconoce a si mismo como ser espiritual en un contexto más elevado es apto para resolver tareas sociales. Que solo él puede llegar a reconocer que no es más que una estación terrena, de paso hacia algo mucho mayor”

Antecedentes Bibliográficos:


APARIENCIA PÚBLICA:
www.aparienciapublica.org

AUGÉ, Marc
Los no lugares, espacios del anonimato. Ed. Gedisa. 1993.

BODENMANN-RITTER, Clara
Joseph Beuys. Cada hombre un artista. Ed. La balsa de la Medusa, 1995.

CARRASCO, Eduardo
Matta conversaciones. Ed. CESOC. 1989.

CARERI, Francesco
Walkscapes. Ed. Gustavo Gili, 2002.

CRAC Valparaíso:
www.cracvalparaiso.org

CHATWIN, Bruce
Los trazos de la canción, Ed. Península, Barcelona, 1988.

ESPACIO G:
www.espacio-g.cl

IOMMI, Godofredo
Shaftesbury o la vacilación. Ediciones Universitarias de Valparaíso, Valparaíso, 2007.

KRAUSS, Rosalind.
La originalidad de la vanguardia y otros mitos modernos.

SER INDIGENA:
www.serindigena.cl

SIMMEL, George
El individuo y la libertad, Ed. Península, Barcelona, 2001.

SUBERCASEAUX, Benjamín
Chile o una loca geografía. Editorial Ercilla, 1940.

VICUÑA, Cecilia
http://www.ceciliavicuna.org/.

NORDENFLYCHT, Concha, José de
Patrimonio glocal: notas sobre la convención del patrimonio mundial y la política urbana en Chile, revista Hacer región, año 2005, Pág.182
[1] Careri, Francesco. Walkscapes. Ed. Gustavo Gili, 2002. Pag. 100.
[2] Krauss, Rosalind. La originalidad de la vanguardia y otros mitos modernos.
[3] Crear: Producir algo de la nada / Instituir un nuevo empleo o dignidad / Inventar / Establecer, fundar, introducir por vez primera una cosa / Producir una obra, imitar, formar, componer.
Esta última acepción y la segunda son las más adecuadas para entender el concepto de creativo al cual nos referimos: como actividad distinta en cuanto que novedosa respecto de lo cotidiano y también como actividad que da forma, que compone una obra. La idea de trabajar desde el concepto de lo creativo por medio de un ejercicio plástico es porque éste permite un imaginario común y experiencial en este caso, de quienes lo llevan a cabo.
Por otra parte, crear es una palabra que viene del griego poíeo, que significa crear, ver.
[4] Carrasco, Eduardo. Matta conversaciones. Ed. CESOC. 1989.
[5] www.aparienciapublica.org
[6] Augé, Marc. Los no lugares, espacios del anonimato. “Si un lugar puede definirse como lugar de identidad, relacional e histórico, un espacio que no puede definirse ni como espacio de identidad ni como relacional ni como histórico, definiría un no lugar. La sobremodernidad es productora de no lugares, es decir, de espacios que no son en sí lugares antropológicos…”. Ed. Gedisa. 1993.
[7] Nordenflycht, Concha, José de. Texto extraído del ensayo Patrimonio glocal: notas sobre la convención del patrimonio mundial y la política urbana en Chile de la revista Hacer región, año 2005, Pág.182
[8] Subercaseaux, Benjamín. Chile o una loca geografía. Editorial Ercilla, 1940.
[9] Si leemos las noticias cotidianas de ese país y sus reportajes críticos, nos daremos cuenta de la proliferación de este fenómeno y cómo invade descaradamente la ciudad.
[10] Nótese por ejemplo el reciente asesinato del 18 de abril del alcalde de Nagasaky en Japón. Muerte que especula fuertemente a la mafia japonesa militante de partidos de derecha, los mayores inversionistas de inmobiliarias y quienes están fuertemente ligados a millonarios actos de corrupción en aquella nación. Aquí en Valparaíso podría decirse lo mismo en tanto que la mayoría de las inmobiliarias son empresas de partidos de gobiernos tanto de derecha como de izquierda pero mayoritariamente demócrata cristianos.
[11] http://www.ceciliavicuna.org/. "Yo voy a hablar de la gente nativa que vive en el sur de Chile y en el sur de Argentina. Esta gente se encuentra ahora en el proceso de lucha por su lenguaje, sus tierras y sus bosques. Y esto es muy importante, porque la gente hablara de la desaparición del bosque como si fuera una cosa; y ellos hablaran del desaparecimiento del lenguaje como algo más. Pero en esas concepciones indígenas, esas tres cosas, la tierra misma, el bosque, y el lenguaje son una cosa inseparable. Ellos hasta dicen en Guaraní que el lenguaje cae de los árboles. Entonces si tú cortas los árboles tu estas cortando la lengua de la tierra, estas cortando el crujir del viento, estas cortando la voz de la tierra misma"
[12] Simmel, George. El individuo y la libertad. En el capítulo “Las grandes urbes y la vida del espíritu” el dice: “El desarrollo de las culturas modernas se caracterizan por la preponderancia de aquello que puede denominarse el espíritu objetivo por sobre el sujeto; esto es, tanto en el lenguaje como en el derecho, tanto en las técnicas de producción como el arte, tanto en la ciencia como en los objetos del entorno cotidiano, está materializada una suma de espíritu cuyo acrecentamiento diario sigue el desarrollo espiritual del sujeto sólo muy incompletamente y a una distancia cada vez mayor”. Ed. Península, Barcelona, 2001.
[13] Krauss, Rosalind. La originalidad de la vanguardia y otros mitos modernos. Ante esta tendencia por homogeneizar, Krauss expresa este “manipular” dentro del contexto del discurso historicista diciendo que “en manos de esa crítica, categorías como la escultura o la pintura han sido amasadas, estiradas y retorcidas en una extraordinaria demostración de elasticidad, revelando la forma en que un término cultural puede expandirse para hacer referencia a cualquier cosa (…) en nombre de la estética de vanguardia –de la ideología de lo nuevo-, su mensaje encubierto es el mensaje del historicismo (...) el historicismo actúa en lo nuevo y lo diferente disminuyendo la novedad y mitigando la diferencia".
[14] www.cracvalparaiso.cl
[15] Aquí mencionaré nuevamente lo dicho por José Llano: es más pertinente hacer una lectura real (desde acá) que tan proyectual (más allá). Por otro lado, desde el arte público, las propuestas de actuación se conectan con una visualidad que sobrepasa la escultura, incluso entendida en su conceción moderna, asimilando reflexiones, técnicas y comportamientos de otras disciplinas como la arquitectura, la ingeniería, el diseño, el paisajismo… o abordando colaboraciones multidisciplinares en torno a un proyecto compartido, como es el caso de Battery Park City, en New York. Es el arte vinculado a prácticas cooperativas o colaborativas, cada vez más próximo a la cultura de proyecto (que aúna funcionalidad, valores y estética), a mi juicio, la perspectiva desde la que hoy puede tener algún sentido eficaz el arte en los espacios públicos, complementado con dinámicas de nuevas prácticas democráticas participativas comunitarias que, sin hacer el arte plebiscitario, se integran en el proyecto para enriquecerlo. Y se incorpora al espíritu del encargo la preocupación por la relación de las intervenciones con el público, invitando al diálogo, procurando sensibilizar y educando. Esto según el Site Specific.
[16] Bodenmann-Ritter, Clara. Joseph Beuys. Cada hombre un artista. Ed. La balsa de la Medusa, 1995. pag. 65.

Matices sobre la verdad / 02 "El cuervo" de Edgar Allan Poe

Muerte
collage técnica mixta
13x17 cm. 2007

Detengámonos nuevamente a pensar en el valor de eso que es tan diverso, inmenso y a la vez concreto, esa especie de verdad. Retomemos el post anterior "Matices sobre la verdad/01 Malalai Joya": Sí, ser profundamente honesto implica ser profundamente humilde y valiente. Creo que ambas se unen en el ser honesto -del verbo ser- se funden complementarias en el dinámico movimiento de afrontar los miedos.

Aceptar
los Principios Naturales, como la muerte por ejemplo, es humildad. Porque la muerte, es un principio natural del cambio, es decir, que las cosas cambien, es un principio natural. Parece obvio, pero de este máximo y más nítido principio, la muerte, es el más inaceptados de los caminos, de los destinos. Algo así como un miedo a la inexistencia, a la nada, al vacío. Me refiero al Vacío primordial en este caso, no al sentimiento de vacío como experiencia de la soledad, me refiero al vacío con V mayúscula, al vacío como ausencia de sentidos, emociones y pensamientos, el vacío en el cual creen los budistas. La humildad quizás, es tan bella debido a su silencio, debido a su principio pacífico. ¿Qué mejor canal para la verdad que el silencio? El silencio de no pretender, de no acaparar, de no mal gastar o presumir. La humildad tiene consigo una prudencia que me parece elegante, algo así como el néctar de una flor o la perla de un bivalvo. La humildad es como una medida que tiene en si misma, debido a su condición de aceptar, la flexibilidad, un actuar versátil y a la vez, tolerante, calmo, imperturbable.


Aceptar
los Principios Naturales, así la muerte por ejemplo, es valentía. Porque vivir cambios reales, implica audacia, una apertura que abarca nuestra actitud, nuestra disposición con la vida, una conciencia. La valentía quizás, es un valor que ilumina debido a su claridad y nitidez para con las cosas, debido a su principio activo, es en sí, la fuerza interior de cada uno, es un aspecto de la voluntad, nuestra capacidad de esfuerzo y constancia.


Creo que la valentía es el lado más visible de la honestidad, por el contrario de la humildad que, especialmente aquí en Occidente, es leída como una simplona característica relacionada directamente con la pobreza económica o con el ser tonto y manipulable, es decir, amable y dócil. Estas dos cualidades ya no son apreciadas y por tanto, incomprendidas. Sólo la valentía es admirada en la honestidad y nos olvidamos de la humildad como su complemento. A veces creemos estar siendo valientes cuando en realidad sólo estamos siendo un juguete de nuestros impulsos agresivos, intolerantes y prejuiciosos, y nos enfrentamos "honestamente" con un modo errado. La sobreestima hacia la valentía, a mi parecer, se debe al culto a la violencia que vivimos en nuestro cotidiano: la sobre información visual, la contaminación, el exceso de ruidos, los sobre estimulantes en general, todo este incremento se traduce violentamente en nosotros. Súmenle a ello, los casos de violencia explícitos que muestran en los medios de comunicación. Todos estos factores adversos han formulado, formularon y siguen formulando nuestras vidas en torno a conceptos de lucha, competición, ganar/perder, vencer/morir y que nos han afectado de tal manera que a consecuencia de ello, ahora pagamos el precio de la insensibilidad, la indiferencia. Y claro, como no le vamos a temer al cambio, si el cambio debido a esto, ahora en sinónimo de "algo malo", de desconfianza, mientras tanto, seguimos sin comprender que la verdadera valentía, esa que es complementaria con la humildad, es la que se hace merecedora de confianza y por tanto, se vive confortablemente, amorosamente.

Si me preguntaran qué pienso de la verdad, diría esto que ya he escrito: que es ser profundamente honesto, es decir, profundamente humilde y valiente. Si me pidieran describir la verdad, repetiría otra vez: diversa, inmensa y concreta.

La muerte es el más azul de los caminos
(Desde Juan Luís Martinez)
collage

9.7x13.8 cm. 2007

Ahora les dejo el poema "El cuervo" de Edgar Allan Poe, que poéticamente nos acerca a ese Principio Natural más temido: el cambio y su muerte. Espero yo alguna vez tener un cuervo que, en mis momentos de estupidés o llámese también "momentos del yo, del mi y del mío", me recuerde, me despierte con un: nada más para siempre, que nunca más, nunca más, nunca más...

"Una fosca media noche,
cuando en tristes reflexiones,
sobre más de un raro infolio
de olvidados cronicones
inclinaba soñoliento la
cabeza, de repente
a mi puerta oí llamar;
como si alguien, suavemente,
se pusiese con incierta
mano tímida a tocar:
"¡Es - me dije - una visita que
llamando está a mi puerta:
eso es todo y nada más!".

¡Ah! Bien claro lo recuerdo:
era el crudo mes del hielo,
y su espectro cada brasa
moribunda enviaba al suelo.
Cuan ansioso el nuevo día
deseaba, en la lectura
procurando en vano hallar
tregua a la honda desventura
de la muerta Leonora;
la radiante, la sin par
virgen rara a quien Leonora
los querubes llaman, ahora
ya sin nombre... ¡nunca más!

Y el crujido triste, incierto, de
las rojas colgaduras
me aterraba, me llenaba de
fantásticas pavuras,
de tal modo que el latido de
mi pecho palpitante
procurando dominar,
"¡Es, sin duda, un visitante-
repetía con instancia-
que a mi alcoba quiere entrar:
un tardío visitante a las
puertas de mi estancia...,
eso es todo, y nada más!".

Poco a poco, fuerza y bríos
fue mi espíritu cobrando:
"Caballero, dije, o dama: mil
perdones os demando;
mas, el caso es que dormía, y
con tanta gentileza
me vinistéis a llamar,
y con tal delicadeza y tan
tímida constancia
os pusistéis a tocar,
que no oí", dije, y las puertas
abrí al punto de mi estancia:
¡sombras sólo y... nada más!

Mudo, trémulo, en la sombra
por mirar haciendo empeños,
quedé allí-cual antes nadie los
soñó-forjando sueños;
más profundo era el silencio,
y la calma no acusaba
ruido alguno..., resonar
sólo un nombre se escuchaba
que en voz baja a aquella hora
yo me puse a murmurar,
y que el eco repetía como un
soplo: ¡Leonora...!
Esto apenas, ¡nada más!

A mi alcoba retornando con el
alma en turbulencia,
Pronto oí llamar de nuevo,
esta vez con más violencia:
"De seguro-dije-es algo que se
posa en mi persiana,
pues, veamos de encontrar
la razón abierta y llana de este
caso raro y serio,
y el enigma averiguar:
¡Corazón, calma un instante, y
aclaremos el misterio...:
es el viento, y nada más!".

La ventana abrí, y con rítmico
aleteo y garbo extraño,
Entró un cuervo majestuoso
de la sacra edad de antaño.
Sin pararse ni un instante ni
señales dar de susto,
con aspecto señorial,
fue a posarse sobre un busto
de Minerva que ornamentade
mi puerta el cabezal;
sobre el busto que de Pallas
representa
fue y posóse, y ¡nada más!

Trocó entonces el negro
pájaro en sonrisas mi tristeza
con su grave, torva y seria,
decorosa gentileza;
y le dije: "Aunque la cresta
calva llevas, de seguro
no eres cuervo nocturnal,
¡viejo, infausto cuervo oscuro
vagabundo en la tiniebla...
!Dime, ¿cuál tu nombre, cuál,
En el reino plutoniano de la
noche y de la niebla...?
Dijo el cuervo: "¡Nunca más!".

Asombrado quedé oyendo así
hablar al avechucho,
si bien su árida respuesta no
expresaba poco o mucho;
pues preciso es convengamos
en que nunca hubo criatura
que lograse contemplar
ave alguna en la moldura de
su puerta encaramada,
ave o bruto reposar
sobre efigie en la cornisa de su
puerta cincelada,
con tal nombre: "Nunca más".

Mas el cuervo fijo, inmóvil, en
la grave efigie aquélla,
sólo dijo esa palabra, cual si
su alma fuese en ella
vinculada, ni una pluma
sacudía, ni un acento
se le oía pronunciar...
Dije entonces al momento:
"Ya otros antes se han
marchado,
y la aurora al despuntar,
él también se irá volando
cual mis sueños han volado".
Dijo el cuervo: "¡Nunca más!".

Por respuesta tan abrupta
como justa sorprendido,
"no hay ya duda alguna -dije-,
lo que dice es aprendido;
aprendido de algún amo
desdichoso a quien la suerte
persiguiera sin cesar,
persiguiera hasta la muerte,
hasta el punto de, en su duelo,
sus canciones terminar
y el clamor de su esperanza
con el triste ritornelo
de: ¡Jamás, y nunca más!".

Mas el cuervo provocando mi
alma triste a la sonrisa,
mi sillón rodé hasta el frente
de ave y busto y de cornisa;
luego, hundiéndome en la
seda, fantasía y fantasía
dime entonces a juntar,
por saber que pretendía aquel
pájaro ominoso
de un pasado inmemorial,
aquel hosco, torvo, infausto,
cuervo lúgubre y odioso
al graznar: "¡Nunca jamás!".

Quedé aquesto investigando
frente al cuervo, en honda
calma,
cuyos ojos encendidos me
abrasaban pecho y alma.
Esto y más-sobre cojines
reclinado-con anhelo
me empeñaba en descifrar,
sobre el rojo terciopelo do
imprimía viva huella
luminosa mi fanal,
terciopelo cuya púrpura ¡ay!
Jamás volverá élla
a oprimir, ¡ah, nunca más!

Parecióme el aire, entonces,
por incógnito incensario
que un querube columpiase
de mi alcoba en el santuario,
perfumado. "¡Miserable ser
-me dije-Dios te ha oído,
y por medio angelical,
tregua, tregua y el olvido del
recuerdo de Leonorate
ha venido hoy a brindar:
bebe, bebe ese nepente, y así
todo olvida ahora!".
Dijo el cuervo: "Nunca más".

¡Oh, Profeta -dije- o duende!,
mas profeta al fin, ya seas
ave o diablo, ya te envía la
tormenta, ya te veas
por los ábregos barrido a esta
playa, desolado
pero intrépido, a este hogar
por los males devastado,
dime, dime, te lo imploro.
¿Llegaré jamas a hallar
algún bálsamo o consuelo
para el mal que triste lloro?.
Dijo el cuervo: "¡Nunca más!".

"¡Oh, Profeta -dije- o diablo!
Por ese ancho, combo velo
de zafir que nos cobija, por el
sumo Dios del cielo
a quien ambos adoramos, dile
a esta alma dolorida,
presa infausta del pesar,
si jamás en otra vida la
doncella arrobadora
a mi seno he de estrechar,
la alma virgen a quien llaman
los arcángeles Leonora...".
Dijo el cuervo: "¡Nunca más!".

"¡Esa voz, oh cuervo, sea la
señal de la partida-
grité alzándome-, retorna,
vuelve a tu hórrida guarida,
la plutónica ribera de la noche
y de la bruma...!
¡De tu horrenda falsedad
en memoria, ni una pluma
dejes, negra! ¡El busto deja!
¡Deja en paz mi soledad!
¡Quita el pico de mi pecho!
¡De mi umbral tu forma aleja...!
".Dijo el cuervo: "¡Nunca más!".

¡Y aun el cuervo inmóvil!, fijo,
sigue fijo en la escultura,
sobre el busto que ornamenta
de mi puerta la moldura....
y sus ojos son los ojos de un
demonio que, durmiendo,
las visiones ve del mal;
y la luz sobre él cayendo,
sobre el suelo flota..., nunca
se alzará..., nunca jamás!"

Versión de Juan Antonio Pérez Bonalde.