¿Qué es un conflicto?
A veces se entiende a un conflicto como un choque de dos fuerzas que van en direcciones contrarias u opuestas. Pensamos al conflicto como un roce, una fricción que tiende a la parálisis o a la fluctuación de si mismo.
¿El conflicto es un encuentro?
En un encuentro las fuerzas que fluyen se reconocen, se abrazan y se cruzan. Hay un trenzarse, un cruzarse, un entrar en eso otro abrazando y hallando un lugar de calce amoroso. En cambio en un conflicto, no ocurre esto, sino más bien un rechazo, una negación del otro en oposición y resistencia, como si ambas partes en conflicto “no se dejaran pasar” la una a la otra. En este sentido, un conflicto es esencialmente territorial y una cuestión de obtención de poder que otorga esa localidad de ese territorio específico.
Entonces, ¿qué es un conflicto?
Un conflicto tiene causas, consecuencias y una evidente oposición “respecto a algo” de quienes lo conforman. Si bien los conflictos pueden ser cuestiones de cuerpo a cuerpo, es decir, entre los mismos contrincantes enfrentándose directamente entre sí a través de un medio, es común que los conflictos también se traten a través de intermediarios. Esta intermediación es tan o más compleja que el conflicto en sí. Por ejemplo, en una sociedad democrática, la intermediación para tratar conflictos es cada vez más compleja, debido a los distintos aparatos de intermediación que conforman un sistema de sociedad en conflicto.
¿Tratar un conflicto?
Hay conflictos que se tratan con la perspectivas de ser resueltos, en cambio hay otros que se tratan con la perspectiva de mantenerlos.
¿Cómo saber cuándo estamos ante qué conflictos?
Nosotros nos preguntamos cuál es la magnitud de un conflicto, es decir, su complejidad problemática y contextual y, cuáles son los objetivos de ese mismo conflicto más allá de lo que éste dice tratar. Hay una cualidad intrínseca de los conflictos: y es que son epistémicos, es decir, arrojan conocimiento, y no sólo científico, sino que también intuitivo y directo, ya que es una cualidad de nosotros, las personas, el conflictuarnos y relacionarnos.
¿Qué significa el concepto de “conflicto” desde los conceptos: roce, tratar y conocer?
Hay modos diferentes de abordar el término conflicto y a su vez cada modo apela desde ámbitos de saber diferentes, según, en este caso, el espesor de esas palabras. Quizás la palabra roce sea muy sensual o la palabra tratar sea propiedad de los psicoterapéutas o la palabra conocer apele a una cuestión de índole históricista-cientificista. Estas tres palabras son signos que surgieron del querer decir la experiencia propia, y a su vez, son palabras re-apropiadas, de las que se considera su densidad significativa, para intentar decir, en este caso, sobre el conflicto.
Por ejemplo, trabajar con los vecinos de un barrio, como en la población Zenteno, es algo muy fregado, es decir, es tanto erótico como desgastante, en un sentido corporal y anímico de la palabra. Ese roce, que es lo constante en el CM, es con lo que se trabaja, con medir aquello, y es a ese medir que le llamamos trato, que va desde la comunicación, a la gestión, pasa por discutir, reconocerse, discurrirse, etc., atender eso que surge como un conocimiento integrado que está constantemente incorporándose.
Entonces un conflicto ya no es mera oposición…
También pienso eso, que un conflicto no es mera oposición.
¿Pero, si el conflicto no es mera oposición, en qué sentido éste vendría a ser una parálisis o una fluctuación, como dijiste en un comienzo?
El trato de un roce, muchas veces se mantiene o se resuelve mediante negociaciones, estrategias y tácticas. Por ejemplo, en una sociedad democrática, si A quiere hacer algo en un lugar donde viven también B y C, entonces A para poder hacerlo le pide permiso a un organismo que regula los espacios de convivencia de A, B y C (intermediario) para que B y C no se sientan no reconocidas. En este caso la táctica de “pedir permiso” es un modo de llevar a cabo ese algo que quiere A e interviene en cierto modo el espacio común de convivencia de A, B y C que seguramente A, al momento de solicitar su permiso, tuvo que hacer notar que lo que él quería hacer no intervenía negativamente el lugar, sino que más bien había un beneficio mutuo para con B y el intermediario y no así tanto para con C. Quizás A no tiene que ir en busca de un intermediario para hacer lo que quería en ese espacio común, quizás bastaba con negociar directamente con B y C algún convenio mutuo, etc. Estos movimientos, por ejemplo, son los que se hacen en base a una estrategia, táctica y o negociación. Puede que esto no sea necesariamente un conflicto, pero pensamos que sí es un conflictuarse, porque entran en relación y en roce las personas, sus anhelos y modos de alimentarse y hacer. Como colectivo, pensamos que lo que importa entonces, es validar este variable abanico de modos de conflicto, que son en el fondo, modos de conocer, he allí el flujo del conflicto, como proceso fructífero y no como agua estancada en donde deja con hambre a las partes que lo constituyen. (...)
Fragmento de conversación del Colectivo Muro (entre julio y octubre del 2010 del destiempo subjetivo del CM)
Comentario para el CM:
Cuánto disfruto y me gusta estar con los abuelos ferroviarios, cuánto me conmueve compartir un desayuno con ellos y contigo una mañana, cuánto te amo cuando estamos haciendo las tomas a la Maestranza, cuánto discutimos y pensamos estas cosas!, porque nos gusta!, porque lo creemos justo y porque nos brota!.
Cuánto disfruto preguntarle a la tierra roja de Jan Sosé y dejar que ella responda cuando se le antoje, cuánto amor siento al dejar que el azadón me tome a mi, y al dejar que las cosas se muevan, se mezan, desde su dificultad y tiempo textil. Ese movimiento, es el de navegar creo yo, porque si no se navegara, entonces, ¿qué sería de nuestras vidas?