28 de mayo de 2007

Coraje silencioso.







A Francisca Mulatero, La Panchurri.
Que de la teoría y la poesía herótica
pasó al lenguaje mágico y silencioso de sus manos.


Tu sabes que son para ti...
Te los regalo todos.
Siento que tus manos dirán lo que tu boca no quiere.
Ese es el verdadero coraje... el que parece tonto, sumiso, callado,
el que anda escondido tomándote los pies.
Loquilla, te fuiste al Bellas Artes y renunciaste a la palabrería,
al esfuerzo mental tan inútil a veces.
No dejes que te callen las manos.
Celebro tu lenguaje... este que escojiste.
Todos estos dibujos tienen mi trazo... dejame obsequiártelos.
Déjame lanzar challa en tu fiesta silenciosa, inflar globos
y apludir sin sentido alguno. Déjame en un abrazo darte todo esto...
...en un abrazo a la distancia, en una llamada telefónica imprudente a las 1 de la mañana.

Algunos collages... elongando.






14 de mayo de 2007

Una palabra que me enseñó Novalis...


Dos pequeñas citas de Demian de Herman Hesse



Chunyaq del pruir




Mapa de la comprensión.
...
Chunyaq, en quechua, es silencio, soledad, solitario.
Pruir, significa hacer camino.

Light/lumen/pelo


Se abre el ojo. Se entre abre, y de esa leve apertura sale la luz. Como escapada de una grieta, se fuga, se filtra. En el espacio, aparecen las cosas.

El “yo”, monosílabo que sólo acomoda al egoísmo.

Para ver, hay que desnudarse el ojo, como sacárselo.
Arrancárselo como Odín, porque él va tras eso mágico. Como el baile de siete velos… desnuda.
El ojo del tuerto sigue el continuo de la geometría intrínseca, es luz, es el reguero de nuestra agua interior, nuestra fuente primera de agua clara.



Impermanencia… carácter vacío de la identidad. Hermoso lugar del simple ESTAR.
...
Light, luz en inglés.
Lumen, luz en latín, o limen. De estas dos palabras surge la palabra límite. Límite es hasta donde llega la luz.
Pelo, luz en mapudungun.

Ch`aska




Las vi festejar desenfrenadas en la orilla,
como bacantes en el bosque, como gaviotas en el cielo
a la llegada de los pescadores.

¡Chasquidos, chasquidos!
…vi las rocas moverse…

Quietud pétrea que sopla y golpea,
recibe a las olas y al viento filoso.
Trozos de madre sentados sobre la arena…
provocando el eco de la música de la belleza.

¡Chasquidos, chasquidos!
…las rocas se mueven…
¡Chasquidos, chasquidos!
...el peregrinaje de las rocas…

Rodeadas de remolinos espumosos que vienen y van
de estallidos de ola
de piel azul.

¡Cuach, splach, clakch, chas, chals, chasquido otra vez!

Sssss ssss

Venas de espuma en la orilla.
Cabelleras de espuma rozando la tierra,
las rocas, la arena, el alga.
¡Todo acariciado por las manos espumosas de las olas del Pacífico sur!

Los cochayuyos, bailan,
esos seres verdes de mil brazos abiertos al mar.
Viven saludando como llamas de fuego ondulantes.
Viven siempre húmedos, esponjosos, serpenteando la orilla.

¡Chasquidos, chasquidos!
…y la ch`aska del chasquido nace.

Sssss ssss

…hace otra vez.


...
Ch´aska, en quechua, es estrella solar (planeta Venus), y también, pelo enmarañado, enredado.

1 de mayo de 2007

Tercer Füw


Donde las hilanderas (ver dónde se sitúa Colliguay en el mapa), no fui sola. Me acompañó mi Er, mi hermana Pamela, su hijo Antonio (mi sobrino escuichi) y mi papá, quien iba manejando para allá. Salimos a las cuatro de Viña y llegamos a las cinco app. El viaje, se hizo más largo de lo esperado, porque ninguno antes había ido y pensábamos que era más cerca. El paisaje a Colliguay es muy lindo. Debe ser el otoño. Dimos muchas vueltas, porque tuvimos que ascender más de dos mil metros curva tras curva en el auto. Partes del camino son de tierra y otras pavimentadas. Cuando llegamos a loa Yuyos, después de que Er preguntara dos veces donde quedaba, vimos el cartel: Las hilanderas de Colliguay, a un extremo de un lugar que los habitantes de allí le conocen como “la cancha”, que en realidad si uno lo mira bien, es una cancha, porque sirve para jugar pichangas de fútbol y además porque tenía un arco de madera. Mi padre se estacionó y yo me fui tras Er, adentro, a ver el taller de las hilanderas.

¡Un olor a lana de oveja, a flores y árboles!. Las besé y las abracé a todas. Estaba contenta de haber llegado. Les pregunté los nombres, los costos respectivos y teléfonos de contacto. Luego, me quedé mirando las cosas que ellas hacían, que por cierto, rápidamente expusieron para ver si compraban algo. Me quedé rondando, mirando los telares, las ruecas y los montones de lana que por allí había. Me senté y empecé a grabar en mi memoria ese olor. Luego de unos apuros de mi padre sin motivo, salí, les agradecí su recibimiento y olí una vez más las flores de la entrada.

Cuando volví al auto le mostré a Er un poco de lana cruda que tenía en mi mano y le dije que encantada me quedaría aquí unos días. Espero volver. El camino de regreso, fue más rápido, pero a pesar de que oscurecía, nos bajamos unos minutos a mirar la vista desde el cerro, el mismo que ascendimos de ida.

Dato útil: hay locomoción para Colliguay, un bus interurbano que pasa por Villa Alemana va para allá, pero no les sabría decir qué número es ni cómo se llama. Después de todo, no sé si será muy útil ese dato, pero si averiguan más, inútil no lo será del todo.
Archivo de TVN.

Segundo Füw


En el primer lugar donde estuve, fue donde Mojmira, una mujer extranjera que hace siete años está en Chile trabajando con artesanas lanas naturales. Se especializa en el teñido natural de las lanas y en la confección de ropa con dicho material.

Cuando fui a verla, me invitó a pasar al taller, y en él, no había rincón sin lana. Colgaban hebras por todas partes. El olor a lana de oveja y madera impregnaba aquel sitio. En el primer piso estaba lleno de colores, madejas, ovillos, chalecos, faldas, bufandas, calcetines, etc. Después, ella me invitó a subir a su habitación. Era un lugar muy sencillo, con una cama, una mesa de madera y cuatro sillas que eran simples troncos y un armario. De las paredes, brotaba la lana. Mojmira me hablaba tranquila y algo decaída, porque estaba enferma cuando la visité. Me dijo que estaba e tratamiento. Le prestaba mucha atención, porque a veces, conjugaba mal los verbos y su acento era muy singular. Ella es alta, delgada, muy blanca y de cristalinos ojos celestes, al igual que su esposo, pero él, a diferencia de ella, era macizo. El no hablo mucho, sólo me saludó y se despidió.

Minutos antes de irme, Mojmira me dijo que dentro de dos meses llegaría su hija, Spacilova Jana, musicóloga especializada en música barroca y violinista de violín barroco.
http://musicology.upol.cz/cz/profil.php?id=17

Me pidió que la viera en Internet porque sale en varias partes porque es muy reconocida y que por favor le ayudara a averiguar en la Universidad, en la escuela de música, algún contacto. Quizás su hija se quedará unos meses en Chile y pretenda trabajar en su estadía. Me comprometí a ayudarla porque sé que la diferencia del lenguaje a ambas le complicaría. Luego de eso, me despedí y salí dando brincos del lugar. Estaba contenta.

Primer Füw


Los primeros días de abril, hasta hace unos días, estuve buscando personas que trabajaran la lana, ya que necesitaba los contactos para las cotizaciones que tenía que hacer para un proyecto llamado Tejiendo Barrio.

Durante las semanas de búsqueda, unas más fructíferas que otras, me encontré con una serie de sorpresas y personas escondidas en otras partes no muy lejanas.

Me di cuenta, a medida que encontraba, que tenía que ser selectiva, es por eso que prioricé, dentro del “negocio” de las lanas, a aquellas personas que la trabajaran artesanalmente. A esto me refiero a lo no industrial, a que si es teñida, que sea con tintas naturales, etc.
Sólo dos lugares hallé en la quinta región con esas características.

Sorprendentemente, me pude conectar via e-mail con productores de lana natural del sur de Chile, pero por una cuestión práctica de pago de envío y por dinero, opté por omitirlos de cierto modo.

Esos contactos eran:
La Fundación Chol chol,
http://www.cholchol.org/es_artesania.php
Y Winkler Hnos. y Cia. Ltda. winklertan@entelchile.net

Los contactos de la quinta región son los siguientes:

Taller de las Hilanderas de Colliguay, ubicado en Los Yuyos
Teléfono: 032 – 198 40 36 de Don Angel Arancibia, encargado de los recados,
Y el 09 – 736 56 00 de Doña Alicia, hilandera.

Lanas naturales, taller de la señora Mojmira Spacilova.
Esto se encuentra en la subida ecuador de Valparaíso, número 167.
Teléfono: 09 – 157 23 58
E-mail:
mojmira@hotmail.com