31 de diciembre de 2006

Trota-inmunda...

Hay un modo de "evitar" que tiende a efectuar aquello que se evita. Ese "evitar" aún existe, lo practican los ignorantes. (y aquí sólo quieren a ignorantes). ¡Hay cosas tan antiguas que aún existen! pero tantas, muchas otras, han muerto. Ellas, aclamaron piedad a las almas humanas... Se cree en la ruptura, en el divorcio, en la moda, en el cero; el cero disfrazado de cifras variables. Porque aumenta el número, aumentan los caminos, suben los precios y la bolsa!.... ¿Dónde está la raiz? La raiz, no es la profundidad, la raiz va a la profundidad, está en ella, habita en lo profundo de la tierra (y de las almas). ¿pero, qué es la profundidad?Más abajo , más profundo? Una profundidad es una distancia escondida, secreta, entre nosotros y el centro de las cosas o de nosotros mismos. Profundidad es un estar anterior a la fundación de las cosas, anterior a la fundición de las cosas. Despues de la profundidad, todo se funde, se funda. Pero cuando la cosa se funde, pierde su forma, se deforma, se transforma. Esa "otra forma" toma otro destino, otra via, otro nombre, otro todo. Esa otra forma es su propia transformación, que cuando se le ve, se le funda, se le llama, se le nombra. Y si todo se transforma, por qué autoengañarse con "rupturas"? El Tao dice: "no se puede mantener ningún extremo durante mucho tiempo. A cualquier apogeo le sucede necesariamente su decadencia. Así ocurre con el hombre..." No pido no creer en el átomo, sino de creer en el sabiendo del lugar del átomo, del universo que lo contiene: una galaxia, una gota de agua, una mosca o un pañal... ¿Ser o no ser?... tal vez soñar, pero no dormir. "Seguir, soñando el sueño"(.-Carl Jung) He allí la luz (como los 9 meses de oscuridad..) recursividad pura, trotrabunda, trotamunda, trotainmunda. "Para la navegación sólo vastan los vientos propios" (.-Angelino)

"Discipulos en Saís" de Novalis

Este es un breve texto inacabado de Novalis; el presente fragmento, se encuentra en el capítulo "discípulos": “Esta misma rareza me parece singular y, por tal motivo, la reunión de los discípulos en torno al Maestro me atrajo y me rechazó a un tiempo. No logro comprender al Maestro. ¡Me es tan incomprensiblemente caro! El me entiende, lo sé; nunca ha hablado contra mis sentimientos o mis deseos, muy al contrario quiere que sigamos nuestro propio camino, pues cada sendero ignorado atraviesa comarcas nuevas y nos conduce, finalmente, a aquellas moradas, a la patria sagrada”.

"El caminante" de Herman Hesse

Dentro de este libro hay un capítulo llamado "árboles", en él, hay un fragmento que dice lo siguiente:
“Los árboles son santuarios. Quien sabe hablar con ellos, quien sabe escucharles, aprende la verdad. No predican doctrinas y recetas, predican, indiferentes al detalle, la ley primitiva de la vida. Un árbol dice: en mi se oculta un núcleo, una chispa, un pensamiento, soy vida de la vida eterna. Es única la tentativa y la creación que ha osado en mí la Madre eterna, única es mi forma y únicas las vetas de mi piel, único el juego más insignificante de las hojas de mi copa y la más pequeña cicatriz de mi corteza. Mi misión es dar forma y presentar lo eterno en mis marcas singulares. Un árbol dice: mi fuerza es la confianza. No sé nada de mis padres, no sé nada de los miles de retoños que todos los años provienen de mí. Vivo, hasta el fin , el secreto de mi semilla, no tengo otra preocupación. Confío en que Dios está en mí. Confío en que mi tarea es sagrada. Y vivo en esa confianza. Cuando estamos tristes y apenas podemos soportar la vida, un árbol puede hablarnos así: ¡Estate quieto! ¡Estate quieto! ¡Contémplame! La vida no es fácil, la vida no es difícil. Estos son pensamientos infantiles. Deja que Dios hable dentro de ti y enseguida enmudecerán. Estás triste porque tu camino te aparta de la madre y de la patria. Pero cada paso y casa día te acerca más a la madre. La patria no está aquí ni allí. La patria está en tu interior, o en ninguna parte. … Esto susurra el árbol al atardecer, cuando tenemos miedo de nuestros propios pensamientos infantiles. Los árboles tienen pensamientos dilatados, prolijos y serenos, así como una vida más larga que la nuestra. Son más sabios que nosotros, mientras no les escuchamos. Pero cuando aprendemos a escuchar a los árboles, la brevedad, rapidez y apresuramiento infantil de nuestros pensamientos adquieren una alegría sin precedentes. Quien a aprendido a escuchar a los árboles, ya no desea ser un árbol. No desea ser más que lo que es. Esto es la patria. Esto es la felicidad”.

Comenzar por lo pequeño…




¡Oh Agua divina
Oh Eter del Aire
y Chispa naciente!

¿Soy acaso el adentro, mi agua,
ese interior que es concavidad pura,
vacío, sustancia de nada?
Una redondez abierta…

¡La montaña canta!, y en su canto
deja caer su agua.
Su canto canta como agua, gota a gota,
va cantando su canto de silencio,
se derrama como un río, y los ríos
son de sangre y agua.

Sangre y agua están unidas
como el nacimiento y la muerte, convergen,
se atrapan y se funden, juntas,
recuerdan el vacío, el silencio.

¿Soy acaso el adentro, mi agua,
ese interior que es concavidad pura,
vacío, sustancia de nada?
Una redondez abierta…

Se acerca cálida la noche, se diluye
violeta la tarde y va naciendo la noche,
como un huevo, origen impronunciable.

La noche, se abre como una onda antigua,
un eco estelar constante. ¡La noche
habita dentro de la montaña!,
manto erecto que en su rededor todo canta,
todo baila. La noche, cubre el aire de la montaña
y todo nace de ella, del huevo de la noche…
blanco, redondo, lunar…

¿Soy acaso el adentro, mi agua,
ese interior que es concavidad pura,
vacío, sustancia de nada?
Una redondez abierta… como la noche.

¡La montaña canta!, y en su canto
deja caer su agua.
Su canto canta como agua, gota a gota,
va cantando su canto de silencio,
se derrama como un río, y los ríos
son de sangre y agua,
y los ríos, van al mar.